¡No a la flor roja con tallo verde!

Verá, mi problema se centra en uno que se divide en dos ámbitos, el económico y el... bueno digamoslo moral. Como primero dijo el económico, ¿cuestión de jerarquía o pura casualidad?. Tengo que mirar mi dinero, sus sesiones me cuestan mucho, verá mi hijo no hace mas que llamar a lineas eróticas y se puede imaginar el resto. Bueno, verá el mejor método es Debrash, déselo cada día, al principio un poco y que siga con las llamadas, progresivamente las llamadas irán perdiendo protagonismo en favor de Debrash hasta que ya serán un mal recuerdo en forma de facturas pasadas. Tomar la dosis de Debrash recomendada por el médico, sino, puede llegar a ser adictivo.

Erase una vez un maestro que tenia por oficio enseñar, pero no enseñar mecánicamente un guion para que todos lo siguieran, sino enseñar a pensar. Un buen dia este maestro llego a una universidad, ataviado con su tunica y sus posters, le ofrecieron un despacho para poder empezar a hacer lo que a el le gustaba.

El primer dia de presentación todo marcho perfectamente, era el primer dia, el profesor no daba materia y los alumnos estaban contentos, habia un buen ambiente, pensaba el profesor.

Al segundo dia ya empezo a dar materia, mientras los alumnos entraban, el dibujaba una serie de cuadrados dentro de mas cuadrados. Los alumnos se miraban entre ellos ¿Qué pasa aquí salinas? Se preguntaban. Cuando el profesor termino les dijo a sus alumno que empezaba la clase, su labor era por grupos ver cuantos cuadrados habia y que establecieran conclusiones a las que habian llegado con el ejercicio, pero no sobre el ejercicio, sino extrapolándolo a cualquier situación.

Los alumnos confundidos empezaron a realizar la tarea, después cada grupo leyo sus conclusiones, siendo la mas usada “Uno no puede quedarse solo con lo que ve a simple vista, sino que tiene que ir mas alla”, aparte de otras tantas.

Todo esto era muy raro, nunca habian tenido una clase asi, a la clase siguiente ya vino otro profesor, puso una especie de proyector y empezo a leer la lección, el profesor siguiente se sento en la silla y empezo a dictar para que lo alumnos copiasen lo que decia.

En la asignatura no iba a haber examen, sino que se iba a evaluar por trabajos, trabajos consistentes en hacer pensar al alumno distintas situaciones experimentales, como realizar experimentos y lectura de textos individuales comentándolos, no comentar el texto, sino lo que te habia sugerido, lo que te habia hecho recordar, pensar, hacer analogías...

El profesor pensaba que todo marchaba bien, al fin y al cabo el objetivo de una universidad es que los alumnos piensen por si mismos, pero ningun alumno iba su despacho a preguntarle ni hablar con el. Tal vez sea porque necesitan “arrancar”, ya vendran y podremos hablar de lo que les parece la asignatura y de cualquier tema, no solo ¿qué es una variable dependiente?. Pero si los alumnos iban a su despacho era porque algunos ejercicios no los entendían bien ¿Se puede hacer asi?¿Esta bien?. La respuesta del profesor era siempre la misma, si tu crees q esta bien, toma una decisión, toma una responsabilidad, yo no te voy a suspender, yo no te puedo decir si una idea esta bien o mal, guiate por ella.

Pero los alumnos se sentian a disgusto, sus clases pensaban que eran una perdida de tiempo, mientras en la siguiente entraba otro profesor a hablar para que los alumnos cogieran apuntes. El profesor tenia ciertas informaciones del disgusto de los alumnos. El les dijo en clase que entendia su actitud ya que el sistema educativo habia sido siempre asi con ellos y les estaba mecanizando y que por ello esto lo veian de esta forma, pero que nunca es tarde para cambiar, una investigación requiere ingenio, iniciativa e inventiva y eso no te lo pueden enseñar libros de texto, sino que tienes que sacarlo por ti mismo

Les conto la fabula de la “flor roja con tallo verde”. No seais asi, decia, no pinteis todos lo mismo, cada uno sois distintos.

Pero el germen de la revolucion se estaba cociendo en la clase, un grupo de alumnos la encabezaba, silenciosamente se quejaban al decanato ¡que se vaya! ¡no aprendemos nada!. Poco a poco las quejas eran mayores, hasta que la dirección decidio tomar una decisión...el profesor debia de ser expulsado.

Él en cuanto se lo comunicaron decidio recoger sus cosas, iba y venia a la universidad para desarmar todo su despacho, veia por los pasillos a alumnos que habia estado conviviendo, ellos no le miraban...al final salio de ese lugar para siempre, mirando hacia atrás con lagrimas en los ojos pensando no en su prestigio profesional o el dinero, sino en que habia fracasado, los alumnos habian decidido ser un producto mas, ser todos iguales, habian decidido no pensar.

Yo habria elegido pensar :(